Recuerdo de abuelos y nietos

De Florencio Nicolau

Recuerdo de abuelos y nietos

Especial para Eco Italiano

 El eco de los pasos en la casa grande se deja oír desde lejos alertando al niño que juguetea con unos maderos que —imagina— son espadas. Luego de los pasos surge la música de la voz cascada que lo llama por su nombre de pila. Ha estado esperando toda la mañana el acontecimiento. Sin soltar la madera corre a toda velocidad por el pasillo del caserón para encontrar el tesoro más grande que ha conocido hasta el momento. Con la fidelidad única de los niños abraza las piernas del anciano que condesciende a agacharse y besarlo, como hace siempre, en la coronilla. Se ha producido la magia que ni la psicología ni la ciencia han podido explicar claramente: el encuentro entre el abuelo y el nieto. El niño se acerca al pecho del hombre y mira su cara devastada por el tiempo. La belleza que ve en el viejo es sincera: el niño ve con los ojos del corazón.

***

 Domenico Bigordi fue un pintor florentino de los albores del Renacimiento y es más conocido por su apodo de Ghirlandaio. Sus ancestros se dedicaron al comercio y a la orfebrería, actividad esta que influyó en su vida creativa. Ghirlandaio introdujo a la gente común en el mundo de la pintura, desplazando los temas eminentemente religiosos o mitológicos. 

 Con él podemos empezar a ver historias de mujeres y hombres que tenían existencia real en el mundo y que se podían conocer. Tal es el caso del retrato de Francesco Sassetti y su hijo Teodoro que nos muestra la relación entre un padre y su hijo. Se trata aquí de un millonario, un banquero al servicio de importantes casas. Sassetti estuvo a cargo de las cuentas de los Medici en Aviñón, Ginebra y Lyon y asesoró a Lorenzo de Medici—el Magnífico— en cuestiones de finanzas. En la composición se observa la clara admiración del niño por su padre que mantiene una actitud de dignidad y de poder. Como lo hacía con frecuencia, Ghirlandaio presenta al joven de perfil para acentuar los rasgos y los detalles de la rica prenda de vestir que lleva. El paisaje no es genérico: se trata de la ciudad de Génova donde Sassetti tenía sucursales bancarias importantes, vinculadas al puerto.

También hizo varios cuadros de jóvenes y damas del mundo florentino y de Italia. En estos también se aprecia el naturalismo que puso en sus obras, en sus rostros, en la forma de vestir y en la gestualidad de los personajes.

Ghirlandaio obtuvo una gran acogida como retratista y muy pronto los ciudadanos acudieron a él para que los pintara. Esto lo condujo a un bienestar económico y llegó a fundar un taller para formar discípulos. Uno de ellos entró a los doce años de edad y estuvo un año con el maestro. Se llamaba Michelangelo Buonarroti.

 Como sucedió con algunos de sus colegas, Ghirlandaio viajó a Roma y puso su impronta en la Capilla Sixtina, sumándose así al panteón de los grandes artistas que se dieron reunión —en diferentes momentos— en los muros del templo de Sixto IV.

***

 Ghirlandaio nos ha dejado una obra única: Ritratto di nonno con nipote o Retrato de abuelo con nieto, un documento de la época que nos muestra a un hombre mayor jugando con su nieto que lo contempla conadmiración o tal vez con asombro. El viejo tiene un problema en la piel que se manifiesta en los bultos de la nariz y en los grandes lunares y verrugas en varias partes del rostro. Ghirlandaio encontró en estas características una fuente de inspiración sin hacer del retratado un blanco de burlas o rechazo. Al contrario, la vejez se expresa con un mensaje de sabiduría que el nieto parece comprender por su actitud tierna y respetuosa. Se percibe que el niño desea estar con su abuelo y en esto reside la fuerza del cuadro. No sabemos quiénes son los representados y eso le da una vivacidad a la obra que nos hace recrear historias a partir de dos seres anónimos distanciados de nosotros por quinientos años en el pasado. Las historias que se pueden tejer son miles y cada una de ellas es personal y maravillosa.

 Gira en torno a sus ojos una mata de gruesos cabellos que surge de la frente del abuelo. El pelo se proyecta desordenadamente hacia la calva y el niño ve formarse unos dibujos entre estas líneas. ¿Qué mensaje secreto escriben esos pelos hirsutos en la frente marchita del viejo? El secreto de su destino está en esa piel y en esos ojos que miran con ternura al nieto que apoya la manita segura en el pecho del anciano. ¿Qué extraño laberinto se construye en la mente del niño que ve ese rostro deslucido que sin embargo trasluce una bondad infinita? Años en el futuro recordará la tarde en que observaba a su abuelo en una casa de campo y se preguntaba el porqué de las cosas: el primer chaparrón, la primera manzana cogida de un árbol desde sus brazos, el sonido de los pájaros que el bondadoso viejo le hacía escuchar con atención.

 Todas estas cosas conforman parte de su vida y la del abuelo, el lugar común que les fue dado compartir por muy poco tiempo. Porque los abuelos son lugares de paso en nuestras vidas que dejan un recuerdo casi siempre grato. Son seres con los que estamos destinados a vivir poco pero sí recordarlos mucho. Los abuelos son sabiduría concentrada de un espacio temporal ignoto o difícil de describir. Su existencia es fundamental en la transmisión de tradiciones y vivencias. También aprendemos de ellos las primeras ideas de la falibilidad de nuestros padres dado que conocemos sus acciones de niños contadas por ellos entre risas inmisericordes.

 Tuve la suerte en la vida de tener buenos padres y un querido hermano. Mis padres, hoy fuera de este plano, me brindaron cosas invalorables sobre todo espirituales. Pero es el recuerdo de la única abuela que conocí plenamente, la abuela Paca, la que llena mi vida de momentos inolvidables: libros, historias, marchas escolares cantadas a viva voz, Plutarco, un mazo de naipes que trajo un día en que tenía fiebre, vidas de santos, ocurrencias ingeniosas. Todo esto reflejó Ghirlandaio en su Retrato de abuelo con nieto.

 El cuadro se encuentra en el Louvre.
Florencio Cruz Nicolau
Paraná, Argentina,  10 de febrero de 2024

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *